El español estuvo a punto de quedar 1-5 en el primer, pero zafó, ganó el parcial y luego manejó de gran manera los tiempos del partido para meterse en las semifinales de Montecarlo. Para el argentino significó el mejor torneo Masters 1000 en su carrera.

Para poder quebrar mental y físicamente a Rafael Nadal simplemente hay que jugar a un deporte distinto del tenis o a un nivel colosal, que pocas veces se logra en quizás toda una vida disputando puntos con una raqueta y una pelota amarilla. Y hoy quien vivió este escenario en carne propia fue el argentino Guido Pella, a quien Rafa venció por 7-6 (1) y 6-3 en dos horas y veinte minutos de encuentro para acceder a las semifinales de Montecarlo un año más y quedar a tan solo dos partidos de la conquista número doce en el Principado de Mónaco.

El encuentro comenzó ampliamente favorable para el argentino, quien quebró al español en los primeros tres juegos de servicio y sacó una ventaja de 4-1 rápidamente. Sin embargo, fue allí el punto de inflexión para comenzar a revertir la historia para el mallorquín, quien tras el encuentro reconoció haber tenido algo de suerte en ese momento para escapar de esa situación y recuperar el semblante en el match.

En el sexto juego de esa primera manga, Pella sirvió 40-15, con el marcador a su favor 4-1. Un doble quiebre confirmado con su saque hubiese significado una ventaja prácticamente imposible de recuperar para Nadal, quien no hallaba el rumbo dentro del court que tantas veces lo vio campeón a lo largo de su carrera. El bahiense no puedo hacerse con ese juego, Rafa retomó el ritmo del enfrentamiento y a partir de allí el asunto se emparejó.

Con un quiebre nuevamente por parte del español en el octavo game, el marcador se puso 4-4 y dos juegos después, con el score en 5 por lado, Pella volvió a hacerse con el saque de Nadal. Ahí el zurdo campeón de Copa Davis con Argentina en el 2016 tuvo una nueva chance de poder cerrar el set a su favor, no obstante, Rafa salió disparado a quebrar y llevar el set al tie-break, cosa que sucedió y, allí, todos los puntos se disputaron con Pella a merced de Nadal, quien se adjudicó el desempate por 7-1.

A partir de ese momento, el choque fue todo a medida de Nadal, quien con la confianza de un set a su favor y del marcador cada vez en su haber, no tuvo ni el más mínimo manto de piedad sobre el argentino, quien a pesar de las adversidades y de las pelotas imposibles a las que el mallorquín llegaba, corrió y luchó hasta el último juego del encuentro.

Tras una doble falta por parte de Pella en el noveno juego y dos horas y veinte de partido, Nadal se aseguró un lugar en las semifinales del sábado, en donde buscará dar un nuevo paso para su corona número doce en el Principado de Mónaco. Por el lado del argentino queda la satisfacción de haber tenido una semana bestial en cuanto a resultados y rendimientos y el saber que, a partir del lunes, quebrará por primera vez en su carrera la barrera del Top 30, algo que le aseguraría un lugar entre los cabezas de serie de Roland Garros.