John Isner llegó a Miami con un solo objetivo: conseguir su segundo título de Masters 1000 en su vida como profesional y, de yapa, defender el certamen alcanzado el año pasado en la Península de La Florida. Ayer, ante el español Roberto Bautista Agut, dio un nuevo paso en su defensa y lo venció por 7-6 (1) y 7-6 (5) para meterse en las semifinales y ahora enfrentar al canadiense Felix Auger-Aliasime por un lugar en la definición del torneo.
El número nueve del mundo no tuvo inconvenientes para deshacerse del español en los cuartos de final. Más allá de los juegos completamente distintos que trata de imponer cada uno de los jugadores, Isner se aseguró alcanzar ambos tie-breaks y allí hacer lo suyo, lo que mejor sabe hacer, que es presionar al rival desde el primer punto y tratar de adueñarse de ese primer parcial para luego mantener sus servicios e inhabilitarlo de conseguir unidades en los desempates, hasta llevar a quien lo enfrenta a la desmoralización emocional más grande que puede haber.
Una vez dueño de la primera manga, Isner se dispuso a hacer lo mismo en el segundo parcial, y por más que Bautista Agut lo haya intentado una y otra vez, nunca pudo con el norteamericano. En el segundo desempate, repitió la fórmula del primero y se llevó el asunto por un doble 7-6, que lo depositó en semifinales.
Ahora, por un lugar en la final, el estadounidense se medirá ante el canadiense Felix Auger-Aliassime, proveniente de la Qualy y una de las sorpresas más grandes de este 2019, donde ya alcanzó la definición en Rio de Janeiro, sobre polvo de ladrillo e irrumpió en el Top 100 con apenas dieciocho años de edad.
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