El galo derrotó en tres sets al croata Cilic y se adueñó del duelo más importante de la jornada en Dubai. El francés sigue on fire tras el título en Rotterdam hace diez días.

Uno de los ejercicios más puros del periodismo deportivo, y sobre todo del que sigue al tenis, es revisar el orden del día en cada uno de los certámenes que se estén disputando. Y al revisar el de Dubai de este martes, había un duelo que, de antemano, proponía algo distinto al resto, más importante, más trascendente. Era el de Gael Monfils frente a Marin Cilic.

El choque entre el francés y el croata era el enfrentamiento del día por motivos varios, entre los que destacan que ambos son animadores constantes, semana tras semana, del circuito ATP y que Monfils, poco a poco, está recuperando el nivel que lo llevó en algún momento a ser el seis del mundo.

Y vaya que el francés no desentonó con la expectativa que se generaba a su alrededor para el duelo de este martes. En una hora y cuarenta minutos de juego venció al actual número diez del mundo por 6-3, 4-6 y 6-0 en un gran encuentro disputado por ambas partes y en lo que significó una exhibición de gran tenis por parte del galo en el último parcial, con ese lapidario set en creo sobre su oponente.

Monfils viene de tener grandes semanas en los torneos indoors de Europa. Semifinales en Montpellier y el título en Rotterdam son prueba clara de ello y aquí en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, desea continuar de racha. El primer paso, ultra complicado, ya se ejecutó.

Resta ver hasta donde llega el nivel y el camino del francés en este periplo en el Medio Oriente. De momento, en la siguiente ronda, se verá las caras frente a Marcos Baghdatis, a quien aventaja 3-1 en duelos personales, teniendo como último antecedente el partido que disputaron en los octavos de final del Abierto de los Estados Unidos en el 2016, con victoria para el francés en tres cómodos sets.

La magia de Monfils hoy ante Cilic: