El francés venció en cuatro sets a Raonic y se metió entre los últimos cuatro que dirimirán la corona en Australia. Por momentos, le dio una clase de tenis al canadiense. Es su primera semifinal en un Major.

Lucas Pouille está que no cae en la realidad. Es que el francés llegó a Australia con las ganas de intentar acceder algunas rondas, pero el nivel que venía desempeñando en el circuito no era el más alto, con lo cual, por más expectativas trazadas, el asunto podía parecerse muy complicado. Sin embargo, buenas actuaciones lo llevaron a los cuartos de final en dio la gran sorpresa. Con un alto vuelo en su nivel de tenis, venció en cuatro parciales a Milos Raonic y se metió por primera vez en su carrera en las semifinales de un Grand Slam.

Vigésimo octavo preclasificado, Pouille hilvanó un gran camino de victorias hasta estos cuartos de final. Ir venciendo a rivales tales como Mikhail Kukushkin y Borna Coric era un buen parámetro para entender que el francés estaba jugando en un gran nivel. Pero lo de este miércoles superó todas las expectativas, no sólo por el resultado final, sino también por las formas.

Con parciales de 7-6 (4), 6-3, 6-7 (2) y 6-4 el galo de veinticuatro años tachó de la escena a Raonic, en tres horas y dos minutos de juego. Más allá de que el favorito era Raonic por vencer a Stanislas Wawrinka y a Alexander Zverev en su camino hasta este cuarto de final, además de comprender la actualidad de francés que no era la mejor, lo que más sorprende de la victoria es un dato estadístico a favor del vencedor: en todo el desarrollo del choque, no enfrentó siquiera un punto de quiebre en su contra, lo que marca a las claras que jugó realmente de forma colosal durante todo el enfrentamiento en el Rod Laver Arena.

Con este triunfo, Pouille se clasificó por primera vez en su carrera a las semifinales de un torneo de Grand Slam, situación que le había sido trunca, por duplicado, en el 2016, cuando su camino se detuvo en cuartos de final, en forma consecutiva, en Wimbledon y el Abierto de los Estados Unidos. Un dato interesante, por otra parte, es que el galo nunca había conseguido un éxito en sus cinco participaciones del cuadro principal de Australia, lo que hace aún más resonante su andar en este 2019.

Ahora, buscará conseguir un triunfo más en tierras oceánicas, en las semifinales del viernes, cuando enfrente al actual número uno del mundo, Novak Djokovic, quien venció en apenas un rato al japonés Kei Nishikori en los otros cuartos de final correspondientes a la parte superior del cuadro masculino de singles.

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