El número dos del mundo jugó en un nivel de excelencia para borrar del certamen al joven Tiafoe y así meterse entre los mejores cuatro del cuadro masculino de singles.

Solvencia. Actitud. Supremacía. Autoridad. Todas características que marcaron la actuación de Rafael Nadal en el Rod Laver Arena este martes por la noche en Australia para conseguir el triunfo ante Frances Tiafoe por 6-3, 6-4 y 6-2, en una hora y cuarenta y siete minutos de juego.

La participación del Matador de Manacor viene siendo de ensueño en Melbourne. Hasta este encuentro, es el único tenista con vida en la rama masculina de singles que no ha cedido sets. De hecho, ante Tiafoe, se lució por todos los lados de la cancha y doblegó al joven estadounidense de tal manera que de a ratos lo hizo parecer un tenista amateur jugando contra una pared, de la que siempre retornaba una pelota más.

Con parciales simples en el score, un quiebre en cada uno de los primeros sets le alcanzó para llevárselos por 6-3 y 6-4. Ya en el tercero, con Tiafoe extenuado física y psicologicamente por no poder vulnerar la defensa de Rafa y los contraataques del mallorquín, los quiebres para el español resultaron dos y la manga se cerró con un 6-2 en su favor.

Ahora, ya en semifinales, se enfrentará al griego Stefanos Tsitsipas y buscará repetir la final alcanzada en varias ediciones del Abierto de Australia. La última, la rememorada y épica definición con Roger Federer en el 2017, en ese renacer que ambos consiguieron juntos en esos días de calor en tierras oceánicas.

El último game de la victoria de Nadal sobre Tiafoe: