Corría el año 2016 y luego de un comienzo de temporada espectacular, con el título en Roland Garros como punto más alto incluido, algo cambio. Esa llama que necesita todo atleta para jugar semana tras semana, había desaparecido en un competidor nato como Novak Djokovic.
En una interesante entrevista con ESPN, el serbio reveló cómo pasó aquellos meses desde que ganó en París y se convirtió en el único jugador en ganar cuatro Grand Slams consecutivos desde 1969, cuando lo había logrado Rod Laver.
EL FATÍDICO FINAL DEL 2016
“Mi tanque emocional para competir estaba vacío. Me preguntaba si podría volver al nivel que había jugado durante tantos años”.
“La derrota desgarradora en los Juegos Olímpicos… eso me dolió mucho y probablemente fue donde gasté todo lo que quedaba en el tanque”.
“Por más que estuve satisfecho con ganar cuatro Grand Slams, ser el número 1 y estar en lo más alto de mi carrera, estaba agotado. Estaba entrenando aún más duro de lo normal, pero eso fue un error”.
SU PRESENTE COMO PERSONA Y TENISTA
“Soy una persona diferente en muchos aspectos. En primer lugar, soy padre de dos niños. Todavía juego al tenis, que realmente amo con todo mi corazón y estoy agradecido de tener la oportunidad de competir a un alto nivel. Pero me veo diferente”.
“Mi mayor interés es seguir explorando las posibilidades de mi existencia en este planeta, no solo como tenista sino como ser humano. No se trata solo de ganar un partido de tenis. No puedes llevar trofeos a tu tumba”.
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