El australiano se impuso al griego Tsitsipas en un choque con alto voltaje. Ahora, se medirá ante el joven estadounidense Nakashima por un lugar en cuartos.

Nick Kyrgios se adueñó de la escena y del partido de la tercera ronda ante Stefanos Tsitsipas en Wimbledon. El australiano se impuso al griego, cuarto favorito, por 6-7 (2), 6-4, 6-3 y 7-6 (7) tras casi tres horas y media de juego, y así se instaló entre los mejores dieciséis jugadores de la competencia masculina de singles en La Catedral.

El match estuvo caldeado y picante desde el comienzo. Kyrgios, fiel a su estilo, hizo partícipe al público y a los jueces del mismo, algo que no le causo nada de gracia al Rayo, campeón de Mallorca hace algunos días. Con el paso de los games, el australiano fue ganando presencia en el duelo y poco a poco se hizo dueño del mismo, llegando al punto de ser el favorito de los espectadores en las gradas, algo inusual muchas veces en el Tour.

Tsitsipas no supo manejar la presión a la que el australiano lo llevó y terminó llegando a límites impensados, con un pelotazo involuntario, pero peligroso al fin, sobre uno de los espectadores, que no le valió la descalificación del encuentro por pura casualidad y arte del azar en las decisiones del umpire.

Kyrgios finalmente se impuso en cuatro apretados sets, para así meterse en la segunda semana de competencia y tener la chance de poder buscar los cuartos de final cuando se mida ante el joven estadounidense Brandon Nakashima, participante de la Next Gen Finals de la pasada temporada, en lo que significará el primer duelo entre ambos en el circuito.