Demostrando un nivel extremo y superlativo, el serbio venció a Nadal en cuatro sets y lo desbancó de un pleno reinado en el polvo de ladrillo francés.
Un animal. Esa es la única calificación que se le puede otorgar a Novak Djokovic después de lo realizado en París este viernes. Es que el serbio se impuso a Rafael Nadal, lo desbancó como hacía mucho tiempo no le pasaba al mallorquín en París y así jugará una nueva final en Roland Garros, en donde buscará su segunda corona.
Djokovic venía de derrotar a Matteo Berrettini en los cuartos de final, en un duelo que el serbio padeció durante todo el tercer y cuarto parcial. Desde allí, en adelante, la previa ante el mallorquín parecía la de un duelo del siglo, teniendo en cuenta, además, que Nadal venía de vencer con claridad a Diego Schwartzman en los cuartos, en un duelo que el español debió luchar más de la cuenta y que el argentino le dejó una vara altísima para poder competirle.
No obstante, Djokovic plasmó un partido casi perfecto ante el ibérico y, si bien perdió el primer parcial, no dudó un segundo en seguir machacando constantemente sobre el español, hacerlo desplazar, hacerlo jugar incómodo y demostrarle que tenía todo lo suficiente para doblegarlo.
Con un marcador definitivo de 3-6, 6-3, 7-6 (4) y 6-2, en su segundo punto para partido, Djokovic selló lo que fue un verdadero partidazo, una lucha de dos gladiadores del tenis de cuatro horas y dos minutos de juego con un tercer parcial de más de una hora y media.
De esta manera, el serbio jugará su quinta final en el Bois de Boulogne, e intentará tener su segunda corona en el evento, donde ya levantó la copa de los Mosqueteros en la temporada 2016, cuando terminó de coronar el Grand Slam de los cuatro grandes y se afianzó definitivamente como el mejor tenista del mundo.
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