El interrogante surge en el ámbito debido a la falta de competencia profesional desde el mes de marzo. Desde la invención del profesionalismo, es la primera vez que se demora tanto el regreso a las canchas.

Lo inédito suele causar impresión, generar expectativa y ciertos temores. Y todo ese cúmulo de sensaciones es lo que probablemente esté pasando por la cabeza de los jugadores, entrenadores, fanáticos, organizadores, y toda la gran familia mundial del tenis con esta vuelta que se prevé para el próximo 17 de agosto en el evento de Cincinnati, en el Masters 1000 de Ohio, y en el mundo Challenger, con los torneos de Praga y Todi.

Tras cinco meses de inactividad mundial en el profesionalismo, y más allá de haber transitado algunas exhibiciones en este marco de pandemia, la práctica de elite y de competencia de alto rendimiento no permite las distensiones que se pueden vivir en esos eventos y la presión mental y la forma física es uno de los lugares en donde más foco se pone para este retorno. Es por ello que la preocupación gira en torno a estas facetas, en una actividad que está parada hace más de 150 días y que vive el lapso más largo de su historia sin competencias oficiales.

Lo interesante para ver en esta vuelta será si la mentalidad de Rafael Nadal será la misma de siempre en momentos claves o le llevará un par de torneos forjarla, o si el estado físico de Novak Djokovic terminará aniquilando a sus rivales desde el primer certamen. También es una gran oportunidad para ver de que son capaces los tenistas que vienen en un segundo pero importante pelotón, como Dominic Thiem, Daniil Medvedev y Stefanos Tsitsipas, quienes finalizaron el 2019 y habían comenzado este 2020 de una manera sublime.

Además, la atención de los latinos estará en el argentino Diego Schwartzman, quien no juega de manera profesional desde el ATP de Buenos Aires, donde se retiró en semifinales por un desgarro y luego nunca pudo volver por la pandemia, y también en lo que será el potencial que venía forjando el chileno Christian Garín, quien se había adueñado de Córdoba y de Río de Janeiro en muy buena forma en el mes de febrero.

La vuelta es una incógnita, un interrogante interesante para saber cómo volverán los tenistas al profesionalismo de elite y si los cambios se pueden dar ante tanta incertidumbre. El escenario está listo, solo resta repartir las cartas y ver la acción, aunque para ello aún falten algunas semanas más.