Este 21 de agosto se cumplen quince años de la hazaña chilena en Atenas 2004, cuando Massú y González conquistaron la medalla dorada tras derrotar a los alemanes Kiefer y Schüttler en cinco sets.

El tenis sudamericano vivió una época de esplendor en el año 2004. Argentina copando Roland Garros en aquella temporada, terminando con la coronación de Gastón Gaudio, Guillermo Coria en los primeros planos todas las semanas y estando a un solo paso de ser el número uno del mundo en varias ocasiones y el resurgimiento de Gustavo Kuerten en el polvo de ladrillo eran alguna de las cuestiones que hacían ver al deporte blanco de Latinoamerica en los primeros planos mundiales.

No obstante, faltaba una frutilla en el postre espectacular que se estaba sirviendo en el tenis alrededor del planeta. Y ese lujo iba a darse en Atenas, más precisamente en los Juegos Olímpicos. Y es que Chile, con su conjunto armado por Fernando González y Nicolás Massú alcanzaron la medalla dorada de aquel torneo dando grandes lecciones de buen juego, valentía y coraje.

La pareja trasandina alcanzó aquel 21 de agosto del 2004 un hecho único e irrepetible en la historia de su país, y fue ser el mejor del mundo en el dobles olímpico. Aquella hazaña fue gestada desde el sábado por la noche y terminó de darse cerca de las 4 de la madrugada del domingo, con un marcador final de 6-2, 4-6, 3-6, 7-6 (7) y 6-4, en un encuentro que duró cerca de cinco horas.

Aquella final dictaminó que Chile se asegurara la primera medalla de tres que consiguió en esos Juegos de Atenas, que arrojaron tres preseas para el país trasandino en el tenis, teniendo en cuenta que al otro día González logró el tercer puesto y Massu se hizo con la de oro tras vencer en la final al estadounidense Mardy Fish.