Wimbledon terminó para Diego Schwartzman pero las sensaciones encontradas son alternas, entre positivo y negativo. Si bien quedar eliminado del torneo más prestigioso del mundo no es grato, perder lo mismo, las circunstancias en las que se hace siempre suman si son las correctas, y eso es lo que tiene que quedar en la mente del Peque.
El argentino cayó en cinco sets ante el italiano Matteo Berrettini en la tercera vuelta de tercer Grand Slam de la temporada jugando un verdadero partidazo y dando muestras claras de que su juego en el verde césped mejoró para bien y mucho.
El score marcó un 6-7 (5), 7-6 (2), 4-6, 7-6 (5) y 6-3 para Berrettini, quien por primera vez en su carrera se metió en los octavos de final de un Grand Slam. Sin embargo, el triunfo fue bien trabajado por parte del europeo, quien debió salvar dos oportunidades para partido en el cuarto parcial a favor del sudamericano, en el décimo game, con el servicio del italiano.
Más allá de la derrota, el saldo para Schwartzman es más que positivo en una superficie donde recién ahora le está encontrando el gusto y la vuelta para competir. De hecho, en la previa, los cuartos de final en Queen’s, con victoria sobre Marin Cilic incluída, eran una pequeña muestra de lo que se vio después en Wimbledon, donde se despidió tras ser derrotado en más de cuatro horas de juego por uno de los jugadores más importantes de la gira sobre césped como lo es Berrettini.
Por el lado del italiano, ahora queda saber que en la próxima instancia, por un lugar en los cuartos de final, tendrá la prueba más difícil de todas: se medirá ante el suizo Roger Federer, numero dos del mundo, quien venció al francés Lucas Pouille en tres parciales y se acercó un paso más a su novena conquista en La Catedral.
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