El francés, Top 30 a nivel mundial, no alcanzaba esa sucesión de victorias en torneos ATP desde el Abierto de Australia, en enero, donde logró ser semifinalista.

Lucas Pouille es uno de los tenistas más temidos de los últimos años. Sin embargo, durante esta temporada 21019, los resultados no lo acompañaron en lo más mínimo y, dejando de lado las semifinales en Australia a principios de año y un título en un Challenger menor, el francés está transitando un presente más que duro.

Sin embrago, esta semana, en Stuttgart, parece que el cambio le cambió el semblante y con dos muy buenos triunfos se coló en los cuartos de final del evento de singles. En su presentación venció en tres apretados sets, definiendo el asunto en el tie-break del tercero, a un especialista de la superficie como lo es el español Feliciano López, y en la segunda ronda derrotó al ruso Daniil Medvedev, tercero en la preclasificación, también en tres parciales.

Así, el galo consiguió dos triunfos consecutivos a nivel ATP luego de cinco meses, hecho que no podía llevar a cabo desde el primer Grand Slam de la temporada, donde con el arribo a semifinales, había conseguido cinco triunfos en fila.

Ahora, por un lugar en las semifinales de Stuttgart, Pouille se medirá ante el alemán Jan-Lennard Struff, con quien ostenta un historial favorable de tres victorias en igual cantidad de encuentros disputados hasta el momento y con el dato de color de que dos de esos tres triunfos se dieron en esta superficie, el césped.