La historia de Nicolás Jarry en el Real Club Tenis de Barcelona es para el anecdotario más grande de su vida. El chileno debió disputar la clasificación para poder ingresar en el certamen, sin embargo, al ser eliminado en la última rueda, pasó al main draw como perdedor afortunado. Ayer, por la primera ronda de ese cuadro principal venció a Marcel Granollers, justamente, quien lo había eliminado en la última instancia de la Qualy, lo que hace de este partido una paradoja increíble del tenis.
Jarry había perdido su último encuentro de la Clasificación en tres sets ante el local Granollers, quien estaba efusivo por la entrada al cuadro principal. El siorteo dictaminó que, tras la baja de algunos jugadores, Jarry y Andreozzi ingresaran como perdedores afortunados al certamen, y disparó la bolilla del chileno para el cruce con Granollers.
Ayer por la tarde en Catalunya, el trasandino venció al español por 7-5, 4-6 y 6-4 en más de dos horas de juego y se vengó de la derrota sufrida el día anterior, además de clasificarse a la segunda ronda, donde se medirá hoy ante el alemán y segundo cabeza de serie, Alexander Zverev. Lo de Jarry en Barcelona es, sin dudas, de no creer.
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