Si, puede darse de mil formas diferentes. Depende mucho de la edad, de las experiencias vividas y de la forma de ser de cada persona.
Pero siempre lo ideal es que sea de a poco. Para evitar errores, para que sea una excelente experiencia y para que sigan unidos y felices como pareja.
Esta podría ser una buena forma de ejemplificarlo:
- La pasás muy bien con tu pareja, se te cruza la idea de otras manos, otra piel, otra boca. La reprimís.
- La fantasía gana lugar, te calienta. Te avergüenza un poquito.
- Te permitís pensarlo, imaginás “partes” de uno o varios cuerpos. Manos, bocas, lenguas, miembros viriles, lolas.
- Lo compartís con tu pareja. Es raro.
- Empieza la fantasía compartida, si alguno de los dos avanza demasiado rápido (“te veo con la vecina del cuarto H”, “me calienta tu amigo”), la situación se enfría muchísimo y se vuelve al principio.
- Lo hablan seguido durante el sexo. Se calientan cada vez más. Las historias son cada vez más guarras y detalladas.
- Los cuerpos se completan, la fantasía se personifica. La calentura es cada vez mayor.
- Plantean la idea de concretarlo. Van a un boliche swinger. No hacen nada, pero miran. Vuelven locos y tienen un sexo super apasionado.
- Van otra vez, y sólo tienen sexo entre ustedes. ¡Arden!
- Empieza la búsqueda, compartida y muy hablada, para que sea una excelente experiencia para ambos.
Y ahí sí, recién ahí, se vive la experiencia con una persona real….pero esa es otra historia….