La música erotiza, calienta, motiva, prepara, seduce, arma climas…
Pero también baja la libido, molesta, desagrada e incomoda.
Y eso es una cuestión 100% de gustos personales.
Algunas personas prefieren, incluso, el silencio a la hora del amor, porque la música los desconcentra.
Muchas veces no nos damos cuenta, pero los movimientos durante el acto amoroso suelen acomodarse a los distintos ritmos, eso es muy notorio cuando practicamos, por ejemplo, sexo oral.
No es lo mismo la cadencia del jazz….que la fuerza del rock pesado.
No es lo mismo la sensualidad de la bossanova, que las letras candentes del reaggetón.
No es lo mismo el tango o la cumbia.
No es lo mismo las canciones que conocemos mucho y no podemos evitar tararear y nos distraen… que esas que parecen hechas para esos momentos.
Podemos preparar una lista (o buscar en internet y revisarla para ver si realmente es de nuestro gusto) para el momento de la seducción, para cuando la situación se pone más ardiente, e incluso para cuando jugamos más “duro”…(el sexo anal, las ataduras, o la privación de los sentidos, con jazz no será igual, sin duda, que con música épica de fondo!.)
A elegir!!!! Usemos la música como una aliada para el placer!
Mirá todos los consejos que Celeste Gonzalez y nuestro equipo de sexólogos tienen para vos.
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