Una dama en la sala, una cocinera en la cocina y una…

Una dama en la sala, una cocinera en la cocina y una…

Muchas veces escuchamos esa frase….por eso esta vez le vamos a poner un poco de realismo y vamos a jugar a COBRARLE POR SEXO A NUESTRA PAREJA.  Si, cobrarle en serio!

 

Primero se tienen que poner de acuerdo en el servicio (bucal, anal, vaginal), cuanto tiempo estarán juntos y por supuesto….arreglar el precio!

 

Una vez explicadas y aceptadas todas las condiciones, viene la parte del encuentro. Pueden citarse en la calle, en un hotel o directamente en tu casa o en la de él (o en la de ambos, claro). Cada uno de estos lugares tiene sus ventajas y sus desventajas:

 

1)  En la calle (que tal vez sea la opción más realista y con más adrenalina) combinen para encontrarse en un lugar: él para con el auto, vos te abrís el saco para mostrarle la mercadería, mantienen un breve diálogo por la ventanilla y después te subís. Esta es la opción más pícara, pero puede ser algo arriesgada. Si se animan, el elemento público le agregará mucho calor a la cosa.

 

2) Que él te pase a buscar para llevarte a un hotel, ya “vestida de…” (preparate una excusa para tus hijos o para quien se quede a su cargo). Si preferís no “caracterizarte” en tu casa, tranquilamente podés llevar el atuendo en un bolso y cambiarte en el hotel.

 

3) Encontrarse directamente en el hotel. Podés ir con tiempo y prepararte ya en la habitación. (Esta opción es válida sólo si el encuentro va a darse en un hotel-hotel, porque en general los telos requieren que la pareja entre junta.)

 

4) Hacer un “domicilio”, el servicio en la casa del señor (que puede ser la tuya o no). En este caso, lo encerrás a él en el cuarto y usás el resto de la casa para arreglarte. Entonces salís al palier, cerrás la puerta y tocás el timbre. Cuando él te abre, no se te ocurra detenerte en una foto de ustedes para admirar a su mujer, ni elogiar la decoración ni atender el teléfono. Si querés tomar algo, lo pedís; si tenés ganas de ir al baño, preguntás dónde queda. Acordate que vos ahí sos nueva. Y después, cuando todo termine, salís del cuarto, te vestís con tu ropa habitual (asegurate de dejar algo apartado previamente) y volvés al palier. Esta vez sí, entrás con la llave: “Hola, amor, ya volví. ¿Qué hacías?”

 

5) Esperarlo en tu “departamento privado” o sea, en tu casa…pero ambientada para la ocasión. Luz roja, porno en la tele, ropa interior sexy colgada por ahí, desodorante de ambientes barato, sabanas tipo seda y todo aquello que parezca sexual y “barato”. Ideal para cuando decidiste hacer la “puta rea”

 


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