Independiente levantó un poco la cabeza y hundió algo más a San Lorenzo por obra y gracia de Silvio, su centrodelantero que metió el primero y generó el penal que él mismo convirtió para el 2-1, el gol que definió el clásico del domingo (el mellizo Oscar había descontado para el Ciclón).
En un primer tiempo con escasas opciones de gol, lo desniveló el poder de definición de Silvio Romero, quien recibió un centro bajo de Sánchez Miño y sometió a Torrico.
La parte final fue distinta. Porque San Lorenzo salió algo más e Independiente mantuvo su postura. Fue distinta y más picante, con cruces que derivaron en discusiones. Por eso fue amonestado Pablo Pérez (vaya novedad) y expulsados, ya en el descuento, Coloccini y Palacios.
Oscar Romero enmudeció Avellaneda con un zurdazo abajo después de un centro de Pittón, pero el empate duró poco. Silvio Romero, en estado de gracia, generó el penal de Cachila Arias y lo pateó perfecto. Luego, y tal vez demasiado tarde, los DT visitantes pusieron a un atacante (Alexander Díaz) y sacaron a un defensor (Vergini).
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