San Lorenzo sin gol
Solo un gol en cinco partidos en el ciclo del nuevo entrenador del Ciclón. La vuelta de uno de los futbolistas a préstamo podría ser crucial en el esquema del DT.
El inicio de la era Ayude en San Lorenzo viene acompañado de una alarmante falta de gol. Es que desde su debut ante Quilmes por Copa Argentina, pasaron cinco partidos y su equipo solamente anotó un tanto: frente a Talleres en la victoria por 2-1 en el Kempes, obra de Alexis Cuello (el otro fue en contra de Portilla). Además, contra River y Tigre le costó mucho generarse situaciones para convertir.
Las causas pueden ser varias e incluso heredadas, ya que desde el ciclo de Miguel Ángel Russo que el Ciclón tiene muchas dificultades para marcar. En el esquema 4-3-3 que utiliza el exentrenador de las Inferiores azulgranas, entre los tres de arriba llevan 12 goles en 24 encuentros: nueve de Andrés Vombergar, uno de Ezequiel Cerutti en los últimos 20 partidos y dos de Cuello en 23 presentaciones.
Otro factor es la falta de opciones arriba: más allá del nacionalizado esloveno, no hay mucho más de lo que agarrarse salvo de los pibes Branco Salinardi, que viene teniendo rodaje, o Matías Hernández, a quien todavía no le llegó la oportunidad. La luz al final del túnel podría ser la vuelta de Diego Herazo.
Es que el colombiano estuvo a préstamo en Nacional de Uruguay en donde jugó 29 partidos y anotó nueve goles. “Me sirvió el paso por el fútbol uruguayo, ahora estoy más maduro“, dijo el atacante, que llegó a principios de 2024 por un millón de dólares procedente de Deportes Tolima. En su primera etapa en San Lorenzo le costó hacer pie tras 21 cotejos y solo un grito.
“Hablé con Ayude en estos días, me contó que el grupo está muy bien. Estoy motivado para sumar y ayudar al equipo a salir adelante. Estoy feliz de haber vuelto y de estar acá“, aseguró Herazo tras haberse sumado a los entrenamientos del Cuervo. Lo cierto es que, mientras persistan las inhibiciones, el elenco de Bajo Flores deberá apostar por lo que tiene y, tal vez, darle oportunidad a los pibes de Reserva, a la espera de ganar más efectividad de cara al arco contrario.
