Russo reconoció un problema en la pelota parada

Russo reconoció un problema en la pelota parada

El entrenador de Boca habló tras la eliminación y dejo en claro que hay muchas cosas que corregir.

Boca se despidió del Mundial de Clubes en la fase de grupos tras quedar tercero en la zona C. La participación del azul y oro fue de más a menos: dos buenos partidos ante los candidatos como Benfica y Bayern Múnich, y una penosa actuación frente al Auckland City, un equipo semiprofesional de Nueva Zelanda que le sacó un empate 1-1. Tras la eliminación, el entrenador Miguel Ángel Russo analizó en calienta lo que hizo su equipo en estos encuentros y ya dejó en evidencia los errores que pretende corregir urgente.

Como primer punto, un aspecto que el técnico de 69 años remarcó y sufrió en dos de los tres encuentros son los goles de pelota parada. Benfica le empató un compromiso que el azul y oro tenía ganado por un cabezazo de Nicolás Otamendi, quien se desmarcó y quedó solo tras un córner y por la misma vía llegó el tanto de los neocelandeses este martes cuando los argentinos se imponían 1-0.

“Es el tercer gol de pelota parada que nos hacen, son cosas para corregir. Son cosas para trabajar a la vuelta”, dijo el entrenador, molesto porque los partidos, como había anticipado en la previa al certamen, se definen por detalles y en eso el azul y oro no estuvo fino. En concreto, a Boca le hicieron dos goles directos de pelota parada, pero el primero de Las Águilas llegó tras un penal que desembocó de una acción de un tiro de esquina.

Por otro lado, este tercer compromiso ante un equipo inferior denotó que el Xeneize afronta una crisis de creativdad. “Hay que seguir trabajando, la idea es ser competitivo. Necesitamos más juego, más verticalidad, más diagonales. Cosas fundamentales para sacar diferencia, señaló Russo.

Ante los oceánicos, el equipo lanzó 76 centros, muchos de ellos sin destino claro y le facilitó la tarea a la defensa. Quedó muy lejos de los 16 goles que le convirtieron entre Benfica y Bayern Múnich, equipos ante los cuales el Xeneize tuvo muchos más espacios para atacar y se planto distinto.

Asimismo, una constante que se repitió en los partidos es la endeble solidez. En los tres compromisos Boca consiguió resultados ventajosos y no los supo sostener. Otro aspecto que Russo pidió trabajar. Frente a los lusos estuvo a minutos de llevarse la ventaja tras ir 2-0 arriba; a los alemanes le había empatado con un golazo de Miguel Merentiel pero la esperanza se desvaneció a los 43 del complemento y en el último les igualaron a los 7 del complemento.

Lo que tampoco gustó para nada fueron las dos expulsiones que tuvo el equipo ante los portugueses cuando echaron a Ander Herrera -ya había salido por lesión- y, especialmente a Nicolás Figal, por un patadón sobre el final. “Tenemos que entrar 11 y salir 11. Más allá de las sanciones, tenemos que mejorar en esas pequeñas cosas”, avisó Russo al día siguiente marcando la cancha sobre un error que en el Xeneize se repite hace varios ciclos.

Todas estas son algunas de las cuestiones que el cuerpo técnico considera que debe apuntalar con urgencia si quiere cambiarle la cara al equipo y volverlo más competitivo. Mientras tanto, como ya reiteró, Russo seguirá hablando con los jugadores individualmente más en una etapa en la que se viene el mercado de pases y puede haber varias salidas. 

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