“Seguro siga un tiempo más, estoy muy contento”. Esbozó con una sonrisa algunas semanas atrás Marcos Rojo, que por estos días trabaja para recuperarse de ese desgarro que le cortó por un ratito ese deseo de volver a las canchas después de un largo parate por la lesión ligamentaria en su rodilla.
Más allá de esta clara postura del jugador, cuyo contrato finaliza en diciembre de este año, la realidad es que por ahora no hubo avances en relación a su renovación y empieza a reinar cierta incertidumbre, sobre todo porque a partir de julio -a seis meses de que se termine el vínculo- ya podrá comenzar a negociar en libertad de acción con otros clubes.
En Boca el deseo es el mismo: que el máximo referente de este plantel siga vistiendo los colores después de diciembre con la cinta de capitán en su brazo izquierdo. Juan Román Riquelme sabe del valor que tiene el zaguero de 33 años puertas adentro, pero además no tiene dudas que hoy es una meta casi imposible conseguir en el mercado un futbolista de la jerarquía y experiencia del ex-Manchester United; por lo tanto, según cuentan desde el Xeneize, trabajarán para que siga estando día a día en el predio de Ezeiza.
“Estoy hablando con Román de cara al futuro. Quiere también que siga y habrá que ponerse de acuerdo. Espero que sea lo mejor para todos”. De ambos lados la intención es la misma y eso hace pensar que no habrá problemas para que las tratativas se retomen en la brevedad y terminen llegando a buen puerto.
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