
River encara el partido más determinante de su temporada tras un semestre cargado de golpes deportivos. La derrota en el Superclásico y la irregularidad del Clausura dejaron al equipo de Marcelo Gallardo en una encrucijada inédita: por primera vez en 11 años, corre el riesgo real de quedar afuera de la Copa Libertadores. La visita a Vélez no es un duelo más, sino que es una final anticipada que puede redefinir el rumbo del club.
Hoy, River ocupa el cuarto puesto de la tabla anual, zona de Copa Sudamericana, mientras Argentinos Juniors mantiene el último cupo hacia la Libertadores (zona de repechaje). Para recuperar ese lugar, el Millonario está obligado a ganar en Liniers y a la vez esperar que el Bicho pierda ante Estudiantes.
Incluso un empate del equipo de La Paternal podría abrir la puerta, aunque en ese caso la diferencia de gol entraría en juego(los de Gallardo tendrán que ganar por +2 goles de diferencia), agregando aún más tensión al cierre.

El impacto deportivo de quedar relegado a la Sudamericana sería enorme para un club que está acostumbrado a competir en la élite continental. Desde 2015, River no solo disputó todas las Libertadores, sino que siempre avanzó a octavos de final, construyendo una presencia ininterrumpida que se convirtió en parte de su identidad. No estar en la próxima edición significaría un golpe histórico y una ruptura con una década de competitividad internacional.
Además del partido ante Vélez, River conserva otras vías, aunque más complejas. La primera es ganar el Clausura, para lo cual debe asegurar su clasificación a los playoffs y, en caso de pasar, afrontar casi todas las llaves como visitante. La segunda posibilidad depende de terceros: si Boca, Rosario Central o el tercero de la tabla anual salen campeones, se libera un cupo que podría beneficiar al Millonario.

El escenario económico también agrava la urgencia. Mientras la Libertadores ofrece hasta 38 millones de dólares en premios, la Sudamericana reparte apenas 11,5 millones. La diferencia supera los 27 millones y representa un impacto directo en el presupuesto del club, más en un contexto en el que Conmebol aumenta los premios año tras año y la competencia internacional sostiene los mercados de pases.
Por último, no clasificar a la Libertadores comprometería también la proyección hacia el Mundial de Clubes 2029, donde River aspira a un cupo a través del ranking. En este 2025, incluso con un rendimiento discreto, el club embolsó más de 18 millones de dólares. Perder presencia en el máximo torneo continental erosiona este camino.
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