PSG levanta su primera Champions League tras una final inolvidable en Munich ante Inter. El 5-0 en el marcador le hace honor a una supremacía total del equipo dirigido por el español Luis Enrique. Desde los primeros minutos del partido, los de la capital francesa dominaron el campo, controlaron la posesión y sometieron al equipo italiano, en el que poco pudo hacer el argentino Lautaro Martínez.
Luis Enrique moldeó un equipo de autor, en el que todos atacan y defienden; todos triangulan y ocupan espacios. Todos marcan y todos se mueven para ser alternativa de pase. Sin un 9 definido, tuvo goleadores como Hakimi, Doué (2), el georgiano Kvaratskhelia y el joven Barcola, ingresado en la segunda parte. Nunca antes el máximo trofeo de clubes de Europa tuvo semejante diferencia de goles en una final.
PSG se fue al entretiempo 2-0 arriba en el marcador por los tantos de Hakimi y Doué. Le iba a costar a Inter remontar, porque en el trámite había estado varios escalones por debajo de su rival. En la segunda parte, y si bien buscó el descuento con mayor voluntad, dejó espacios libres y los franceses -que en realidad tienen poco de Francia y mucho de Qatar, por el origen de sus propietarios- dieron un recital. Y hasta la mismísima Torre Eiffel celebró por los nuevos campeones.
Luis Enrique había dicho que sin Kylian Mbappé, PSG sería un mejor equipo. La final de este sábado en Munich le da la razón. No sólo fue mejor equipo que versiones suyas de años anteriores. Fue mucho mejor que Inter; fue el mejor de todos en Europa.
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