Sin lugar lugar a dudas, el peor momento de la historia de River tuvo lugar entre 2009 y 2013, una época que quedó marcada de manera muy negativa para los hinchas del Millonario. En ese momento, el encargado de presidir la institución del barrio de Núñez fue Daniel Passarella, quien dejó expuesta su mala administración en el club no sólo en lo económico sino también en lo deportivo, ya que fue en su gestión cuando perdieron la categoría.
Pero ahora las noticias indican que, según los pidió en fiscal Campagnoli, el ex zaguero deberá dar explicaciones en la justicia. Esto se debe a que tanto Passarella y como otros ex dirigentes del Millonario de ese periodo son acusados de “desviar dinero y diversos valores de la institución en provecho propio y de terceros”. ¿Cómo? En el pedido, se sostiene que esos integrantes de la Comisión Directiva de River le entregaban a la barra brava 1.500 entradas por partido para que las revendieran.
Como si esto fuese poco, estos ex dirigentes habrían “invocado una supuesta gestión de negocios en la transferencia de Jonathan Fabbro, donde se habría defraudado al club por casi un millón de pesos” dijo el fiscal. Por ende, el colegiado exige que los ya nombrados en la causa sean sometidos a juicio oral y público por el delito de administración fraudulenta.
en concurso ideal con la instigación, promoción o formación de grupos destinados a cometer delitos previstos en el Régimen Penal y Contravencional para la Prevención y Represión de la Violencia en Espectáculos Deportivos.
“Passarella, Turnes, Hugo Carreras y Daniel Mancusi (presidente, vice, tesorero y protesorero en aquel entonces) se procuraban favores y apoyos políticos mediante la entrega de entradas para los partidos a la fuerza de choque autodenominada Los Borrachos del Tablón, para lo cual, al menos durante la segunda mitad de 2012 y todo el 2013, desviaron sistemáticamente 1500 tickets por partido que convergían en un circuito clandestino de reventa administrado por Araujo, Godoy y Goñi”, publicó el diario La Nación sobre los motivos que esgrimen el fiscal Campagnoni junto a su auxiliar Guido Sassoli.
En total se calcula que el fraude rondaría los 6 millones de pesos, ya que estarían incluidas facturas apócrifas por servicios de seguridad inexistentes en los show de Justin Bieber e Iron Maiden. Con lo cual la pena máxima que podría recibir sería de hasta 6 años de cárcel.
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