Toda la historia comenzó, luego de que Menotti decidiera no incluir en la lista para el mundial de 1978 a Diego Maradona. A partir de ese momento, comenzó una historia entre el empresario Eurnekian y el recientemente fallecido: Maradona.
“Hay un chico que debería estar en la Selección, pero no lo voy a llevar al Mundial porque lo tenemos que cuidar para el próximo, pero necesitamos que lo ayuden. ¿Lo podés bancar?”, cuenta el medio Infobae con respecto a la historia.
La historia comenzó en una de las muchas charlas que tuvieron el empresario y el jugador, donde surgió la idea de hacer una estatua. En ese entonces, Diego aceptó con entusiasmo la propuesta y retrucó: “Me gustaría que esté en el aeropuerto de Ezeiza para que me vean todos los que llegan al país”.
Una vez que se conoció la noticia del fallecimiento de Maradona, Eurnekian puso a su equipo al trabajo y comenzarán la obra que estará en la terminal aérea más importante del país, concesión que le pertenece a una de las compañías del empresario.
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