“Ya está, ya está”. Le repitió Lionel Messi a su familia, desde la cancha hacia la tribuna, una vez que Gonzalo Montiel estrelló la pelota en la red para que la Selección Argentina se consagre campeona del mundo. Fue la síntesis y muestra perfecta de lo que soñó con ese momento, pero también de la mochila que se sacó de encima. De lo que sufrió tantos años, pero que al fin y al cabo tuvo su recompensa. El fútbol, tantas veces injusto, este domingo 18 de diciembre de 2022 le dio al Diez lo que tanto se merecía: el Mundial.
Y cuando de Messi se habla, todo lo que gana, hace o logra siempre parece venir con un condimento especial; o léase, un nuevo récord. El mejor futbolista del planeta, a sus 35 años, sigue haciendo historia y rompiendo marcas. Ayer, ni más ni menos que en la final más importante de su carrera, quebró ni más ni menos que tres registros contra Francia. El primero, ya se vaticinaba en la previa: alcanzó los 26 partidos en Mundiales y se convirtió en el jugador con más presencias en la cita ecuménica, superando los 25 que ostentaba el alemán Lothar Matthaus.
23 minutos después de iniciada la gran final, se quedó con otros dos; sí, al mismo tiempo: justamente cuando convirtió el penal que adelantó 1-0 a la Selección Argentina, se transformó en el único futbolista en la historia en hacer goles en todas las fases decisivas de una Copa del Mundo y, además, en el que más minutos disputó, dejando atrás el récord 2.216 de Paolo Maldini. Pasan los años y el astro sigue más vigente que nunca pulverizando registros cual rutina. Partido a partido, continúa escribiendo su nombre en los libros de historia del fútbol, y muy probablemente lo siga haciendo.
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