A poco del cierre de la temporada y de disputar la final del Trofeo de Campeones, una noticia sacudió por completo en el River Camp. El venezolano Salomón Rondón, quien llegó al equipo millonario a inicios de año por pedido del director técnico Martín Demichelis, con quien compartió plantel en Málaga de España, solicitó su salida debido a que su familia no logró adaptarse en Argentina.
A este escenario se suma que Miguel Borja podría recibir algunos sondeos desde el exterior en esta ventana de transferencias. En su momento River Plate pagó 8 millones de dólares, en tres cuotas, para hacerse del ex Junior de Barranquilla y Palmeiras.
La idea es que Facundo Colidio pase a ser una referencia de ataque y no un acompañante del 9 o jugar tirado en la banda, como pasó en la mayoría de los encuentros desde que recaló en Núñez. Una especie de nuevo Lucas Beltrán. Aunque no es un lugar dentro del campo en el que se haya desempañado con la banda roja cruzada en el pecho, sí lo conoce de su paso por las Inferiores de Boca Juniors, Inter de Italia o en las juveniles de la selección argentina. Actualmente lleva un gol (contra Belgrano) y cuatro asistencias en 15 partidos.
Tampoco se descarta una importante inversión dentro de este mercado de pases, pero solo sería en caso de poder contratar a alguien que realmente dé el salto de calidad. Por supuesto que dos de los nombres apuntados son dos viejos conocidos que han dejado una huella en la institución. Uno es el de Lucas Alario, quien en el último tiempo estuvo perseguido por una lesión en la rodilla. El goleador vería con buenos ojos alejarse del Eintracht Frankfurt de Alemania, donde no es titular. Sin embargo, su vuelta al fútbol argentino no sería sencilla. Una variante es la de Rafael Santos Borré, quien actualmente se desempeña en el Werder Bremen de Alemania. Al igual que el Pipa, no es fácil su regreso a Sudamérica.
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