La guerra de Rusia contra Ucrania generó la mudanza de la final de la UEFA Champions League a Saint-Denis, un territorio hostil para Lionel Messi que vivió un hecho que lo marcó para toda su carrera con sentimientos ambivalentes entre la felicidad y la tristeza en la tierra donde ganó la primera de sus cuatro Liga de Campeones.
En ese torneo, un joven de 18 años armó lio en cada avance de un Barcelona que comenzaba su época dorada. En los octavos de final, Messi provocó la expulsión de Asier Del Horno y fue una de las figuras en el triunfo por 2-1 en Stamford Bridge. A pesar de que el 1-1 en la revancha clasificó al Blaugrana, los focos estaban sobre el argentino. En ese partido, Leo sufrió una rotura en los isquiotibiales de la pierna derecha y allí comenzó su pesadilla.
Lionel Messi se quedó afuera del banco para la final que disputó el Barcelona frente al Arsenal en la UEFA Champions League 2005/06 por decisión táctica del entrenador neerlandés que no lo vio óptimo para un partido de esta envergadura. El descontento del argentino era tan grande que los festejos posteriores al triunfo del Blaugrana por 2-1 contaron con su ausencia: se fue solo al vestuario y ni siquiera buscó la medalla del campeonato.
“Lamento haberlo hecho. No me di cuenta de lo que estaba pasando. En ese momento estaba pensando en el hecho de no haber jugado. Al menos me hubiera gustado estar en el banquillo esa noche. Hasta mi lesión, participé en la andadura en Champions. Estaba decepcionado. Lamento profundamente ese episodio. Ganamos esa Champions y no estaba seguro de que volvería a suceder porque es una competición difícil de ganar. Luego, afortunadamente, tuve la oportunidad de disfrutarlo”. Contó Messi años después sobre el tema.
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