Muchos hinchas de River pedían acción rápida ante el temor de que pudieran llevárselo por un monto efímero de dinero. Y la Comisión Directiva apretó el acelerador luego de su presencia en el Mundial de Clubes, pese a no haber debutado profesionalmente todavía. Juan Bautista Dadín, goleador de la Reserva, firmó su primer contrato profesional con una cláusula de 100 millones de dólares, el doble de la de Franco Mastantuono y la más alta de la historia del fútbol argentino. De todas formas, su perfil futbolístico no es tan conocido públicamente como para comprender por qué la dirigencia lo blindó con semejante cifra.
Si hubiera que armar una vara de estilos con dos extremos, uno llamado Julián Álvarez y otro, Miguel Ángel Borja, podría decirse que el futbolista de la categoría 2006 está más cerca de la Araña que del colombiano. Es un delantero que presiona con voracidad y que busca todo el tiempo asociarse y jugar con los volantes. Lo hace bien de espaldas, pero su mejor faceta se ve de frente, con la visión completa del campo de juego.
Dadín es zurdo, pero también maneja correctamente su pierna inhábil (tanto que algunos lo catalogan como ambidiestro por sus cuatro goles de derecha). Su fuerte es la definición, porque en este primer año con el equipo de Marcelo Escudero mostró un amplio repertorio al momento de enfrentarse mano a mano con el arquero y, sobre todo, frialdad a la hora de decidir y ejecutar el remate. No por nada realizó una gran actuación en el Superclásico contra Boca de mayo, en el que se despachó con un gol y una asistencia a Joaquín Freites.
Justo en esos días Dadín cumplió 19 años (es del 20 de mayo y el partido se jugó el 21) y se sembró la incógnita. Todavía no tenía contrato profesional con el club y el límite de edad comenzaba a transformarse en un problema, a pesar de que aún había tiempo hasta los 21. Pero, sobretodo, la preocupación estaba depositada en la llegada de otra institución que se lo llevara con una propuesta mejor. La duda quedó saldada el viernes, cuando se anunció la firma -hasta diciembre de 2028. y la cláusula con bombos y platillos.
Siguiendo por el lado futbolístico, lo que sorprende del atacante es su velocidad. Si bien acusa una altura mayor a 1,75 metros, ha demostrado una conducción rápida y precisa en los contrataques. En la Reserva, con la que debutó en febrero de 2025 y arribó a los cuartos de final del Apertura -perdió ante San Lorenzo-, lleva siete goles y cuatro asistencias en 15 encuentros. Estos números le valieron un lugar en la lista que armó Marcelo Gallardo para ir al Mundial de Clubes. No debutó, pero le sirvió para foguearse con el alto rendimiento y prepararse para lo que podría ser un estreno más tempranero que tardío en la Primera División.
En este sentido, aunque Dadín es nueve por naturaleza, tampoco le resultaría incómodo compartir un frente ofensivo con Facundo Colidio, otro atacante de estirpe asociativa, o Sebastián Driussi, que volvería recién en agosto, cuando se recupere de su “esguince de ligamento interno del tobillo izquierdo”. En cambio, con Borja debería desempeñar un rol parecido al de una segunda guitarra y tirarse más atrás para colaborar con el juego, algo que ya hace por naturaleza, pero desde otra posición.
El oriundo de Balcarce llegó al club en 2017 a través de una prueba, luego de brillar en Los Patos, de la Liga de Mar del Plata.En la Quinta División, por ejemplo, se empezó a notar su hambre: anotó siete goles en seis cotejos. El pibe, que compartió camada con Claudio Echeverri y Agustín Ruberto -ellos despegaron antes-, dejó en claro en el sitio oficial de la Banda que su estilo a seguir era el de Julián Álvarez: “Siempre lo miré. Tengo un juego parecido al de él. Fue el ejemplo a seguir, porque empezó desde chico acá y juega en la misma posición”.
Tras la lesión del ex- Austin y la pérdida de terreno del Colibrí en la consideración (todo indica que se iría en diciembre), sumado a la´vigente recuperación de Ruberto, el goleador juvenil podría escalar algunos casilleros en el plantel y debutar en el Clausura de la Liga Profesional o, en su defecto, en la Copa Argentina o Libertadores. Pero River, de antemano, ya lo tasó: vale 100 palos verdes y se llama Juan Bautista Dadín.
Disfruta de acceso ilimitado entre más de 100 juegos de deporte, estrategia, acción y más.
Suscribirme