Más allá del resultado y de que en el diccionario del Muñeco no existe la palabra perder (y menos contra Boca), la preocupación del DT pasa por el flojo funcionamiento colectivo y la falta de gol.
River no muestra firmeza y demuestra que extraña más de lo pensado a Sebastián Driussi y Lucas Alario, su dupla goleadora que emigró a Europa.
Más allá de los fallos de Lux o una defensa que no termina de acoplarse con Pinola, el déficit goleador es el que enciende las alarmas en un plantel que hoy no tiene un centrodelantero de peso.
Lesionado Rodrigo Mora, el otro peso pesado de la delantera millonaria y con Larrondo siempre recuperándose de alguna lesión, hoy Gallardo solo tiene a Rafael Santos Borré para acompañar a Nacho Scocco en la delantera.
Ninguno de los dos, por características, le aportan lo que le daban Driussi y Alario a River: presión alta, pivoteo, juego de espaldas y sobre todo efectividad a la hora de definir.
46 goles sumaron entre ambos en bonaerense y el santafesino en la temporada anterior jugando para River entre Copa Libertadores, Argentina y Campeonato.
46 goles que ya no están y que hoy son la principal asignatura en el elenco millonario para la triple competencia que afronta en este mes de septiembre que recién comienza.
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