Si bien Marcelo Gallardo asumió la responsabilidad ante la histórica derrota 2-1 contra Deportivo Riestra, en el campo de juego su reacción no fue de la mano con sus palabras. Es que ni bien Pablo Echavarría le bajó el telón al 1-2, el entrenador de River no esperó a sus jugadores y se fue derecho al vestuario en medio de la silbatina que bajó de las tribunas del Monumental.
Lo cierto es que la postura del Muñeco sorprendió a propios y ajenos porque no es habitual, sobre todo cuando el aire se corta con cuchillo en Núñez, tal como ocurrió anoche a lo largo de los 90 minutos -y mucho más al consumarse la cuarta caída al hilo del Millonario-.
En tiempos oscuros, donde las cosas no fluyen y no encuentra esa “identidad” en un equipo que lo represente, Gallardo suele permanecer en el campo con los futbolistas para saludarlos y actuar como una suerte de escudo protector ante la reprobación. Sin embargo, este domingo, visiblemente fastidioso, se dio media vuelta ante el final y se fue de inmediato.
Las imágenes, que pasaron desapercibidas en el momento por la transmisión del partido, fueron captadas desde la tribuna: el Muñeco escuchó el silbato y encaró directo al vestuario mientras el Monumental silbaba a los jugadores.
En una jornada donde se desempolvó un cancionero lapidario que hacía tiempo no se entonababa en River, más que nunca, el accionar de Gallardo frente a ese contexto rápidamente recorrió las redes sociales. De hecho, hasta varios hinchas cuestionaron su reacción, aunque también es cierto que luego respaldó a sus dirigidos en la conferencia.
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