Allá por el 2004, Boca y River se enfrentaban en la semifinal de vuelta de Copa Libertadores en la cancha de River. En ese encuentro el protagonista fue Carlos Tévez, quien no solo jugó un partido fenomenal sino que metió el gol que llevó a Boca a la tanda de penales -que luego ganó por 5 a 4 con una gran actuación de Abondanzzieri- sino que luego de meter el gol festejó replicando una gallina, hecho recordado por todos que llevo a que el arbitro lo expulse.
Testigo preferencial de todo ese hecho fue Franco Cangele, ex delantero del Xeneize, quien asistió al “apache” para que pudiera convertir el empate. Pero lo más recordado por los jugadores fue el silencio que se generó en la cancha luego del empate, “La tiré larga y sobre la línea mandé el centro atrás. Era eso o perderla. Terminó siendo gol de Carlitos. Yo me caí para atrás y cuando me me doy vuelta para pararme veo que la pelota está pasando por encima de Lux. Fue tanto el silencio que no sabíamos si había cobrado el gol o no. El mismo silencio nos apagaba a nosotros, no escuchaba a nadie gritar el gol. No nos escuchábamos entre nosotros. Todos venían corriendo, pero el silencio nos calló a todos. Fue tremendo”.
Luego recordó esa famosa tanda de penales, “Yo rezaba porque no me tocara… ¿Sabés lo que era caminar esos 50 metros hasta el punto de penal?”.
Para finalizar fue consultado por si le veia algún tipo de similitud entre Bianchi y Alfaro, actual técnico del Xeneize: “Juegan a cuidar su arco. A mí como delantero me gustaba mucho cuidar el cero porque sabés que tenés 90 minutos para ganar el partido. Si vas perdiendo a los 15′ no tenés chances para errar. Por eso para los delanteros de Boca, tener un equipo que defiende bien, es clave”.
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