Aunque convirtieron goles en ocho de los últimos nueve partidos, los 9 de Boca no pasan por su mejor presente. A excepción de Darío Benedetto, que terminó la Liga no sólo desgarrado, sino también como el segundo artillero del equipo con cinco gritos (marca que muy poco se asemeja a sus mejores registros), el resto de los centrodelanteros xeneizes no atraviesan su mejor presente. En especial Luis Vázquez y Nicolás Orsini, los más experimentados detrás de Pipa.
El ex Patronato no tuvo una buena tarde ante el Rojo (fue titular por la baja de Benedettto) y acumula un solo gol en los últimos 28 partidos, el 1 a 0 agónico frente a Defensa y Justicia. Es, llamativamente, el futbolista de Boca que más partidos disputó en la LPF (25), aunque no estuvo fino en la definición y apenas aportó un tanto. Antes de esa racha, el santafesino de Recreo sumaba 12 gritos en 50 partidos, un promedio de un gol cada cuatro juegos.
Ante el Patrón por Copa Argentina, Vázquez no fue ni al banco a raíz de una molestia muscular y en su lugar apareció Orsini, que tampoco hizo un buen partido y hasta recibió silbidos al dejar el campo de juego. El ex Lanús, por el que Boca invirtió 1.750.000 dólares por el 50% de su pase, sigue con el arco cruzado y ya ni siquiera tiene chances de gol.
El pibe Gonzalo Morales, que en sus pocas apariciones en Primera demostró tener pasta de goleador. Ya acumula dos gritos en siete partidos: uno cada 122’. Además, participó de la jugada del segundo gol en La Plata y entró enchufado el miércoles en San Juan.
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