En la noche de ayer se vivió una de las mayores del vergüenzas del fútbol. El encuentro entre Argentina y Brasil fue suspendido a los cinco minutos de haber comenzado por las autoridades sanitarias que querían obligar el aislamiento de los cuatro jugadores argentinos que juegan en Inglaterra.
La justificación estaba puesta en que esos jugadores no declararon provenir de Inglaterra y en caso de hacerlo no iban a poder disputar el encuentro ya que debían realizar aislamiento. Esto a pesar de estar autorizados por Conmebol debido a viajar dentro de las burbujas.
Pero una vez que se suspendió el encuentro, varios medios comenzaron a investigar y recordaron el caso William, que marca la doble vara de Brasil a la hora de tomar decisiones. El delantero hasta hace algunos días jugaba en Inglaterra y el primero de septiembre aterrizó en Brasil para unirse a su nuevo equipo.
Lo que marca la diferencia es que el delantero brasileño a los dos días ya se entrenaba con sus compañeros sin haber realizado ningún tipo de aislamiento. Ante las preguntas, las autoridades brasileñas no supieron explicar porque se produjo esa diferencia en el trato.
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