De Madrid a Brasil, sin escalas
Ancelotti llegaría en las próximas semanas al cargo de entrenador de la selección brasileña y lo esperan con los brazos abiertos.
La derrota en la final de la Copa del Rey ante Barcelona parece haberle puesto un punto final al exitoso ciclo de Carlo Ancelotti en el Real Madrid. El técnico italiano tendrá un nuevo e interesante desafío: la Selección de Brasil. Luego de varios intentos por seducirlo, parece que llegó el momento de que Carletto tome las riendas de una Canarinha debilitada, a poco más de un año del Mundial de Estados Unidos, México y Canadá. ¿Qué desafíos tendrá por delante?
Más allá de que tras la derrota por 3 a 2 ante el conjunto Culé no quiso dar detalles acerca de su salida del Merengue, los medios deportivos más importantes del mundo afirman que está viviendo sus últimos días como entrenador de la Casablanca y que se encuentra negociando con la Confederación Brasileña de Fútbol.
Según explica el periodista César Luis Merlo, lo grueso parece estar aprobado y sólo resta definir la duración del contrato, ya que la CBF busca un compromiso que extienda el proyecto hasta el Mundial de 2030, con el objetivo de construir un equipo competitivo para recuperar el protagonismo global de la Verdeamarela, que no gana una Copa del Mundo desde 2002.
Una reunión próxima entre el entorno del entrenador y el empresario brasileño Diego Fernandes, quien ha actuado como intermediario estratégico en las negociaciones, será crucial para cerrar los detalles del contrato.
De concretarse su llegada, Ancelotti deberá reponer rápidamente a un equipo cuyo último partido fue nada menos que la derrota por 4 a 1 ante Argentina, una de las más duras de su historia. Pero la caída en el Monumental no fue un suceso atípico, sino que fue producto de una crisis que viene atravesando Brasil hace varios años.
Una selección que tras el Mundial de Qatar, donde quedaron afuera en cuartos de final ante Croacia, parece haber perdido el rumbo. Una clara muestra de esto fue la Copa América pasada, donde hubo una imagen que marcó el estado del seleccionado: Dorival Júnior, el técnico, fuera de la ronda de jugadores levantando la mano para intentar hablarle a sus dirigidos sin obtener un lugar.
Como si fuera poco, en estas Eliminatorias, en las que se ubica cuarto con 21 puntos, cortó varias marcas positivas. En noviembre del 2023 Argentina le quitó el invicto histórico que tenía como local al ganarle por 1-0 con gol de Nicolás Otamendi. Por primera vez acumuló tres derrotas consecutivas y la goleada frente a la Scaloneta de marzo pasado fue la primera vez que le convirtieron cuatro goles en Eliminatorias Sudamericanas. Además tuvo resultados inesperados como el empate ante Venezuela en Cuiabá o la derrota ante Paraguay en Asunción.
Tite parece haber dejado un vacío importante en la Selección de Brasil, ya que la última Verdeamarelha competitiva se vio con él en el banco de suplentes. Ni en el breve interinato de Fernando Diniz ni durante el proceso de Dorival Junior se vio a un seleccionado acorde a su riquísima historia.
Si bien muchas veces se hace hincapié en el plantel de Brasil, que cuenta con muchos jóvenes que aparecieron en los últimos años y algunos no tienen una proyección a la altura de las grandes figuras que ha tenido históricamente, lo cierto es que Argentina vivió un proceso similar antes del Mundial: la mayoría estaba en equipos menores de Europa y tras la Copa del Mundo dieron el salto.
La gran diferencia es que la celeste y blanca los potenció, mientras que Brasil desmejoró a los suyos. Por ejemplo, Vinicius rinde mucho más en Real Madrid que en la Selección. Lo mismo pasa con Raphinha, clave en el Barcelona de Hansi Flick, Rodrygo, compañero de Vinicius, Joelinton, en el Newcastle, y varios otros que militan en equipos menos competitivos de Europa.
Ancelotti parece la persona ideal para dar vuelta la situación. Además de su extenso palmarés y su historial más que aprobado para sentarse en uno de los bancos de suplentes más difíciles del mundo, sus características como entrenador parecen acordes a lo que necesita Brasil en este momento: un técnico simple, jugadorista, que sabe gestionar egos a la perfección y que encima dirigió a varios de los que hoy integran con frecuencia las convocatorias.
