Este fue sin dudas el año mas convulsionado de Messi en España, y es que durante estos 11 meses el argentino tuvo distintos choques con la dirigencia. Eso llevo a sus ganas de dejar la institución en el último mercado de pases, algo que finalmente no ocurrió, pero esa oportunidad aún sigue muy latente.
“Estoy cansado de ser siempre el problema de todo” disparó Messi recién llegado al aeropuerto de Barcelona, luego de ser consultado por las declaraciones del ex representante de Griezmann. Además inspectores de Haciendo lo retuvieron casi una hora cuando bajo de su avión privado. En consecuencia, la salida está cada vez más cerca, que se negó hace unos meses producto de un posible juicio.
El primer conflicto de Messi fue el despido de Valverde como técnico del equipo blaugrana el 14 de enero. Los jugadores estaban muy conformes con el entrenador, a pesar de las derrotas consecutivas en Champions frente a la Roma y al Liverpool. Pero desde la dirigencia tomaron la decisión de echarlo luego de haber perdido la Supercopa de España.
El 4 de febrero sucedería otro hecho, Messi se cruzaría con Abidal. El ex director deportivo del club había tenido declaraciones desafortunadas. Y el rosario salió a responderle en redes sociales y esto terminó con Abidal fuera del Barcelona.
Bartomeu apremiado por los problemas económicos, contrataría a la empresa l3Ventures con el objetivo de mejorar su imagen y a su vez dañar la de los jugadores. Esto sucedería el 23 de febrero, y tras varias difamaciones a través de redes sociales Messi declaró lo siguiente. “La verdad que yo lo veo raro que pase una cosa así. Pero decían también que habría pruebas. Habrá que esperar a ver si es verdad o no“.
El 30 de marzo, en plena pandemia el club realizó una baja salarial del 70% a los jugadores. Desde la dirigencia salieron a decir que los jugadores no querían ceder, pero Messi publicó un comunicado en el que expresó que siempre tuvieron la intención de ayudar. Aunque la junta directiva se había mostrado inflexible en su pedido.
Después del parate del fútbol el Barcelona perdería La Liga en manos del Real Madrid, pero en un duelo frente al Celta de Vigo, se vivió una situación peculiar. El 29 de junio en medio del partido, Messi tuvo un cruce con uno de los ayudantes de Quique Setién. El argentino esquivó sus indicaciones y luego se leyeron sus labios que decían “¿Qué querés que haga, boludo? ¿Qué querés?“.
“Lo dije en su momento y si seguíamos de esta manera no nos iba a dar para LaLiga ni para la Champions. Hay que cambiar muchísimo y hacer mucha autocrítica y no pensar que perdimos porque el rival fue mejor“. Esto declaraba Messi en el último partido por la liga española el 16 de julio, algo que no cayó bien en el técnico de turno.
Luego llegaría la histórica derrota en Champions League frente al Bayern Munich por 8 a 2 el 14 de agosto. Tan solo 6 días después en una charla con Koeman, este le advierte que Luis Suarez no seguirá en el equipo. Esto hizo que la relación entre ambos no comience de la mejor forma.
El 25 de agosto sería el turno del famoso Burofax, el día que el mundo del futbol se paralizó. Ya que Messi le había comunicado a la directiva del club catalán que no continuaría en el Barcelona, y ya existían charlas con el Manchester City de Pep Guardiola.
Los entrenamientos para el Barcelona comenzaron el 30 de agosto, y Messi no se presentó, esto hacia acrecentar la chance de que la pulga se alejara de la institución. Pero el 4 de septiembre, el jugador comunicó que seguiría en el club a pesar de su deseo de marcharse ya que no quería iniciar un juicio con el Barcelona.
La renuncia de Bartomeu llegaría el 27 de octubre. “La prioridad era que Messi estuviera en el nuevo proyecto y decidí no afrontar una discusión dialéctica“, sentenció días después. El último inconveniente fue el pasado 10 de noviembre donde el ex representante de Griezmann salió a criticarlo. “Es tanto emperador como monarca y no recibió con buen agrado la llegada de Antoine. Su actitud ha sido deplorable y le hacía sentir mal“.
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