De llevar la cinta de capitán a no estar siquiera en la lista de convocados. Así está el panorama en Huracán para Lucas Merolla, el defensor que viene desvelando desde hace tiempo a Boca. En Parque Patricios fue borrado por no renovar su contrato (finaliza en junio) y en La Ribera saben que quiere vestir la camiseta azul y oro. Por eso, más allá de que cerró el mercado de pases, siguen buscando la manera de destrabar su salida inmediata.
El central zurdo decidió no reunirse con la dirigencia del Globo y busca salir este verano, pero no está muy seguro de marcharse a Riga de Letonia, uno de los equipos que elevó una propuesta formal que dejaría 1.500.000 euros netos. El otro es el Xeneize, que ofertó 1.200.000 dólares por el 100% de la ficha y puso en el centro de la escena una vieja deuda que el conjunto quemero mantiene por el préstamo de Franco Cristaldo, actualmente en Gremio de Brasil.
El presidente David Garzón, sin embargo, quiere cerca del triple de aquella propuesta inicial por Merolla y aseguran que la cifra que presentó Boca no llegó ni al millón de dólares. Ante esta postura inflexible, el Consejo de Fútbol, con Juan Román Riquelme a la cabeza, intentó convencer al zaguero que firme un precontrato (ya había acuerdo en todas las condiciones) y llegue libre a mitad de año, pero no saldrá de La Quemita de esa manera.
“No lo va a hacer por una cuestión de respeto al club que lo vio nacer. Es imposible”, señaló su representante Carlos Papandrea en el Show de Boca. Aunque no descartó otras alternativas: “En caso de que Boca pueda ceder a un jugador al exterior, ahí vuelve a surgir la posibilidad de negociación. El tema contractual está arreglado desde hace más de 15 o 20 días. En un principio hubo una pequeña diferencia, pero se pudo solucionar. El resto es entre instituciones, no nos podemos meter”.
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