Cualquier desprevenido que estuviera esta tarde casualmente en las gradas del estadio José Zorrilla (casa del Valladolid) y asistiera al PT del juego entre el local y el Real Madrid, podría haber pensado tranquilamente que las casacas estaban invertidas y que el equipo esta tarde vestido de azul era el dueño de casa, colista en Liga y a un punto de los puestos de descenso.

Ni que decir si ese mismo desprevenido veía que antes de los 30’ de esa primera etapa, el VAR ya había anulado dos goles al Valladolid, éstos ya habían desperdiciado un penal  y el Real debía agradecer estar solo 1 gol abajo (buena definición de Anuar Mohamed tras mejor jugada de ataque).

Indigna presentación merengue en dicha etapa, sin juego ni actitud, superado por el rival y, una vez más, aliado con el azar hasta en la jugada del empate, obra de un Varane que aún no debe creer que no le hayan anulado la conquista por la carga de Nacho sobre el portero vallisoletano en área chica.

Real Madrid presentó caras renovadas después del clásico (Odriozola, Ceballos y Asencio desde el inicio, por Carvajal, Vinicius y Lucas Vázquez)  aunque mantuvo, especialmente en el PT,  la misma falta de volumen de juego y profundidad en ataque que tanto lo aqueja ultimamente. No consiguió adueñarse del juego, y solo tuvo chispazos por la jerarquía individual de algunos de sus jugadores.

Enfrente, un equipo que lo complicó a base de presión y velocidad, con apertura por las bandas y mentalidad agresiva en cada pelota dividida, aunque con poca eficacia en área rival. En un frenético inicio, dilapidó un penal,  sufrió dos injusticias vía VAR y un empate inmerecido antes de la media hora que no le amedrentaron, dejando una  imagen distante de su realidad en tabla.

Luego de algunos sofocones al comienzo de la segunda parte, Benzemá , primero  vía penalti tras una infracción a Odriozola y luego de cabeza tras un tiro de esquina de Kroos, distrajo las críticas estableciendo un 3-1 que poca relación tenía con el juego. Desde allí, pesaron demasiado las individuales y la diferencia de jerarquía,  estableciendo finalmente la ansiada superioridad recién en la última media hora, bonito gol de Modric incluido.

No es momento para analizar sesudamente el juego ya que es imposible aislarlo de la crisis general. Se han sumado puntos para que no se alejen los de arriba, se sigue fogueando canteranos y alternantes (tuvieron muchos minutos Ceballos y Valverde) mientras se esperan las definiciones de peso de cara a lo que viene

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