Revisar las crónicas que desde FPD hemos compartido de cara al partido de ida entre estos dos equipos, hace apenas una semana, y compararlas con el panorama de hoy, de cara a la vuelta, es un ejercicio macabro para cualquier hincha del Liverpool. Hace tan solo 7 días, los Reds eran una amenaza real para el Barcelona, llegaban afilados con resultados en fila en Premier, y de despachar al Porto en una serie sin equivalencias. Salah, Firmino y Mané deslumbraban ofensivamente y elogiábamos el recupero del andar defensivo de los de Klopp con Van Dijk y Allisson a la cabeza.
Hasta que llegó MESSI.

Hoy, día del partido de vuelta ( desde las 16 hs de Argentina), el panorama no pudo haberse modificado más. Un 3-0 lapidario dejó la serie inclinada hacia el Barca y una sucesión de golpes de KO dejaron al Liverpool sentido y bajo la cuenta de protección.

No sólo el resultado, exagerado en relación al trámite del partido aunque intimamente vinculado a la preponderancia de Messi, sino la increíble sucesión de infortunios que lo castigan, ponen al Liverpool en la obligación de consumar una hazaña descomunal para llegar a la final de Madrid. Apelar a la inexpugnabilidad de Anfield, o al tsunami de Roma no parecieran ser suficientes esta vez. Las chances que descansaban en el vestuario rojo se fueron desvaneciendo de una en una desde el Miércoles pasado. Primero Firmino ( aún sin recuperarse de sus dolencias musculares), luego Keitá (aductores, durante el partido de ida) y finalmente Salah, por un golpe brutal durante el fin de semana de Premier, se fueron bajando de la convocatoria y no podrán ser de la partida. Para colmo de males, Virgil Van Dijk no está confirmado, también por temas físicos, y la estantería amenaza con caerse. Entre Sturridge, Shaquiri y Origi saldrá el reemplazo de los referentes ofensivos y Lovren, relevo habitual, iría por el mariscal holandés. Mal augurio, nube negra y todos los maleficios para Klopp, aunque esto es fútbol y todo puede pasar.

Barcelona, en cambio, llega en paz. Campeón local y descansado el fin de semana, llega con la plantilla completa y a tope. Valverde, como siempre, no ha confirmado el once titular, pero se estima que será Vidal y no Arthur el tercer volante ( táctica que ha dado grandes dividendos en Camp Nou) y resta una ficha por acomodar, según la pizarra que maneje el “Txingurri”: Coutinho o Sergi Roberto definirán la última casaca. Semedo sería el lateral diestro, y según la estrategia culé saldrá el nombre elegido. Quema como agua hirviendo la enseñanza de Roma, cuando Barca llegó con la misma diferencia de ida y un excesivo planteo defensivo terminó por romperlo todo. Veremos con que se despacha el DT.

Teníamos agendado un partidazo, y la ida nos lo convirtió en un gran partido. Será un duelo apasionante por un lugar en Madrid, todo por jugarse y un espectáculo de talla mundial. El fútbol, agradecido.

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