Real Madrid estrenó el nuevo ciclo de Zinedine Zidane venciendo 2 a 0 al Celta de Vigo, con una discreta actuación, pero con el foco puesto en la suma de puntos y de confianza de cara a su reconstrucción.
En partido de trámite sencillo y siempre bajo control del local, Isco (si, Isco…) y Bale, con sendos goles en el ST, coronaron en el marcador la diferencia de jerarquía entre ambas plantillas.
Los ingresos de Navas, Marcelo, Isco y Asencio como titulares parecieron un golpe de timón del técnico galo, aunque el trámite del partido se vivió como una prolongación de las actuaciones merengues bajo el mando del cesanteado Santiago Solari. El embrujo que ha generado la llegada de ZZ, apenas hace 5 días, aun lo es para las gradas más que para el juego. Obviamente sería un error pedir ya gestos de transformación, pero conformarse solo con los tres puntos, y ante un equipo limitado que pela por no descender, también lo es.
Crédito abierto para el multicampeon Zidane, y expectativa para la resurrección de sus figuras. El compromiso es el subcampeonato, con todo por jugar.
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