Ha amanecido enrarecido el Viernes en Madrid. No solo por ser un día nublado y gris (para mañana se ha pronosticado cielo despejado al momento del partido, ojalá sea un buen augurio), sino porque se han registrado en las últimas horas algunos chispazos que, como coletazos lógicos de la goleada por Copa y tener casi tirada la Liga, desnudan un frente de tormenta que profundiza las malas horas de la Casa Blanca en estos días.
En primer lugar, Santiago Solari ha brindado una conferencia de prensa en la que agregó sal en la herida al dejar abierta la posibilidad de presentar un equipo mixto el día de mañana, en una clara muestra de que se prioriza la Champions y la Liga está “echada”, como dicen aquí cuando se da por perdido un campeonato.
Más allá del mal humor que esta posibilidad genera, la decisión en sí misma no deja de ser coherente y lógica, entendiendo el DT argentino que 9 puntos hoy son irremontables en Liga y que en unos pocos días se juega la piel en Champions, el único torneo que le queda, frente a un Ajax joven, veloz e inconsciente, que busca un batacazo que se intuye podría ser demoledor.
Claramente, y a diferencia de épocas no tan lejanas donde desbordaba de jugadores, esta plantilla merengue no ofrece demasiadas alternativas para que Solari repiense esta posible idea.
Se presume que atajará Courtois, estará Ramos (suspendido en Champions), regresarían Marcelo y Asencio, y son interrogantes Isco (si no juega mañana no jugará más) y Casemiro. La incógnita por la lesión de Varane , la rotación por desgaste de Carvajal, Benzema y Kroos y la protección a Modric solo permiten pensar en un equipo más suplente que “mixto”: Vallejo, Nacho, Odriozola, Valverde son los nombres de reemplazo, más Vinicius como estandarte para afrontar un partido molesto, incómodo y en un calendario que se le ha ensañado.
Para colmo, la confirmación de la sanción a Ramos por amañar su amarilla en la ida con Ajax terminó de azotar a la afición blanca, que este mediodía, y por primera vez en mucho tiempo, se apretó en la salida del entrenamiento en Valdebebas (Ciudad deportiva del Madrid) e insultó a los jugadores (Bale, Isco y Modric los más apuntados).
Ha caído en picada el crédito de la afición y la última prueba es la vuelta de Octavos. A partir de allí, plegarias por un sorteo benévolo y esperar Julio, donde llegaría adelantada la Navidad para empezar de nuevo, quizás con nuevo entrenador (en punta Mourinho y Pochettino) y caras nuevas para iniciar una reconstrucción tan obligada como urgente.
Esta tercera entrega del Clásico ya tiene todo dicho. La chance del Barcelona de sepultar la Liga, en tierra enemiga y ante un rival golpeado aparece como tentadora e imposible de dejar pasar. La sorpresa de una victoria madridista, que reabriría la Liga (especialmente para el Aleti) y curaría el alma asoma como una alarma en el orgullo. Solo resta esperar, lo demás, lo resolverá el fútbol, como suele pasar.
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