Muchas veces se ha hablado del “efecto Guardiola”. Tantas otras se ha desmenuzado su forma de juego, la reinvención del viejo 4-3-3 y muchas otras cosas. Pero no han sido tantas las veces que nos hemos detenido en la competitividad de Pep.
Ese instinto permanente por ganar, con estilo y formas cuidadas, sí, pero ganar como prioridad. Ser mejor, ser superior al otro. La deportividad al máximo.
En otra muestra de este carácter que lo pone encima de todos más allá de los resultados, Guardiola manifestó, luego de perder la ida vs Tottenham 0-1, “ A veces es mejor perder 1-0 que empatar 0-0. Esto te obliga a atacar en la revancha pues tu destino está mas claro. El empate a veces no define si debes atacar o defender”.
Con esta moral abordará el City la revancha, y además como local. El modo Guardiola en su máxima expresión.
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