Noviembre de 2017. Estadio San Siro, Milán. La selección local se debate infructuosamente para lograr el gol que permita un alargue esperanzador contra Suecia, en los últimos instantes del repechaje por un lugar en Rusia 2018. En la ida, Suecia ha vencido por la mínima diferencia, necesitando la azzurra vencer para tener chances. Desde el minuto 88, Gianluigi Buffón está instalado en el área amarilla buscando una hazaña que, finalmente, no llega.
Un equipo que ha resignado el talento de Insigne, por citar uno relegado al banco, y ha preferido morir en brazos del catenaccio, despide una generación única en la mayor de las tristezas. El propio Buffón, Daniele de Rossi, Bonucci, Barzagli y otros dan su adiós inmediato, junto al DT Gian Piero Ventura, responsable técnico del oprobio. Por primera vez desde 1958 (Mundial de…..Suecia) que Italia no falta a una cita mundialista. Con 7 victorias y una sola derrota en 10 partidos, Italia clasifica segunda en su grupo y debe jugarse la vida en este repechaje. Y muere.
Marzo 2019. Cumplida la primera ventana de la eliminatoria para la Eurocopa 2020 (la primera con el nuevo formato multisede), Italia ha cosechado sus 6 puntos con sendas victorias sobre Finlandia y Lichstenstein, en un inicio prometedor.
Aún con las reservas del caso por la entidad de los rivales, el equipo ahora comandado por Roberto Mancini ha recuperado la adhesión de su afición a partir de una propuesta renovada, ofensiva, con búsqueda de buen juego y con un diseño táctico aggiornado. Se ha transformado el viejo 4-4-2 en un 4-2-3-1- con un doble pivote de buen juego, volantes externos con llegada y el tradicional ariete como referencia de área.
Luego del interinato de Di Biagio (DT de la selección sub 21 italiana, que juega hace años como la mayor ahora, asumido pos eliminación por 2 amistosos), el arribo de Mancini ha significado un golpe de efecto en el Calcio todo. Nuevos nombres en su mayoría del fútbol local: Bernardeschi, Piccini, Biraghi, Barella, Politano, Romagnoli o Sensi ya han tenido minutos en el primer equipo, consolidándose en su mayoría en el equipo titular.
Son nombres que fuera de la península aún no encandilan, pero en que el DT ha depositado la reconstrucción, mechados con jugadores ya construidos como Quagliarella, Donnaruma, Chiellini o Jorginho (nacionalizado, su suceso en el Nápoli y su presente en Chelsea , siempre de la mano de Sarri, con estilo similar a Mancini, lo definieron como el motor futbolístico de la azzurra, en una clara demostración de pretensión de estilo de juego).
Evitando comparaciones odiosas, quizás sea ésta la manera correcta de llevar adelante una transición, reformando el estilo, la idea y los nombres, en ese orden, priorizando una reconstrucción seria, con plazos lógicos y prioridades reales. El tiempo dirá si Italia confirma su resurrección. La esperanza está.
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