Después de salir reemplazado el pasado fin de semana ante el Milan, el portugués se fue visiblemente fastidiado directo para los vestuarios. Ni siquiera atinó a saludar al entrenador Maurizio Sarri.
Esta actitud no cayó bien en los directivos de la Juventus, que piensan tener una charla con el delantero para marcarle la cancha.
Si bien se trata uno de los mejores jugadores de la historia, a la Vecchia Signora no le gustó nada esa actitud, considerando que tampoco se la merecen sus compañeros.
Quien entró en su lugar fue el argentino Paulo Dybala, que para colmo anotó el gol de la victoria.
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