El comienzo del Liverpool fue realmente arrasador. A los 36 minutos ya estaba 2-0 arriba (Sturridfe, Milner) y seguía generando situaciones de gol.
No obstante, antes de irse al descanso el conjunto parisino descontó a través de Meunier, que le daba esperanza a los visitantes.
A falta de cinco minutos para el final, apareció Mbappé para los suyos y ponía las cosas igualadas 2-2. Todo indicaba que terminaría en un empate, pero Firmino en tiempo de descuento les dijo “no, los tres puntos se quedan en casa”.
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