Menudo banquete se están dando los principales medios deportivos en Europa con los resultados de los Cuartos de Final de Champions sobre la mesa. Como todo balance mediático, hecho con la historia ya servida, carece de sutilezas y ahonda las heridas, eligiendo víctimas, determinando ganadores y perdedores y crucificando protagonistas, que cometieron el tremendo pecado de perder.
Adentro
En el plano futbolístico, Guardiola y Cristiano Ronaldo emergen como los grandes derrotados de la eliminatoria. Especialmente Pep. Caen sobre él cuestionamientos ante los que solía estar blindado, relacionados a su “desmedida necesidad de atacar y ser fiel a su estilo”, la falta de mezquindad en los tramos en que su equipo gozaba de ventaja en el resultado y tiempo en el marcador, y hasta la manera publica en la que ha afrontado la derrota. La forma en que ha relativizado la obligación de ganar Europa, y su discurso estilístico lo vuelven a poner ante los reflectores, como cada vez que retorna derrotado.
Los petrodólares, o sus prolíficas plantillas en Alemania y Manchester, que no supo consagrar, y su “caprichosa manera de jugar”, son variables demasiado tentadoras para dejarlas pasar. Y a Guardiola, ya sabemos, estas cosas no se las perdonan jamás. El control ridículamente malo de Laporte en el segundo gol de Tottenham; la mala fortuna del mismo defensor en el 1-1 y hasta la meticulosidad extrema del VAR no son su responsabilidad, pero es demasiado tentador el personaje para sustraerlo de la carroña y evitarle el mal momento.
Por lo pronto, las arenas movedizas del Etihad se agitan sin descanso y ya se habla de salidas y llegadas en el seno de los citizen. Que Gabriel Jesús, Sane y Mendy no están a gusto con el rol que les ha reservado Pep; que David Silva ya no esta en forma para estas lides y que el Jeque quiere a Jovic y De Ligt, son versiones que toman fuerza y arrecian en la mitad celeste de Manchester,
CR7, en cambio, ha gozado de una protección periodística notable. El hecho de haber marcado el hat trick ante Aleti y los dos goles que Juventus marcó ante Ajax lo han salvo individualmente, una vez más, y en desmedro de su equipo, su DT y la dirigencia bianconera. Hasta la cobardía que implicaría abandonar su equipo antes de tiempo, tal como se indica en los portales de hoy, es disfrazado de ambición y no de egocentrismo.
Lo cierto es que Juventus no ha conseguido el objetivo y seguramente Allegri y varios jugadores han de pagar los platos rotos. La obscena supremacía en el ámbito local no opaca el fracaso en Europa y la billetera a destajo de la familia Agnelli no ha traído la orejona. La explicación deberá encontrarse en un ST donde nada salió como venía saliendo y la Vecchia Signora en su totalidad nunca hizo pie.
Afuera
Esta edición de la UCL pasará a la historia, entre otras cosas, por el fracaso estrepitoso de algunos poderosos. Florentino, Nasser Al-Khelaifi (PSG) y Mansour Al Nahyan (City) han dado de bruces sus cuantiosas fortunas, y siguen sin casar a la novia fugitiva. Lo del Real ha sido harto comentado, donde los horrores cometidos bajo la mano del mandamás han estado casi a la altura de los de los jugadores. Desaguisados en la elección de sus DT, idas y vueltas en la salida de CR7 y un desborde absoluto de su nepotismo habitual lo han estrellado sin excusas.
Los jeques, a su modo, insisten cual niños caprichosos en ganar a como dé lugar, incluso amontonando jugadores solo para que no los tenga el rival. PSG es una mueca graciosa, más cerca del proyecto circense del Cosmos de los 70 que de lo que debe ser un equipo de élite. La falta de medida que significa la Ligue 1 lo autoengaña y cruzar la frontera lo desnuda y ridiculiza. Sus eliminaciones nunca son sutiles, sino que caen sobre la afición de manera aparatosa, burda y dolorosa. Sin escarmentar, el Jeque ha dado a entender que seguirá la politica de acumulacion y que habra noticias explosivas prontamente.
En contraposición, los jugadores comienzan a priorizar su credibilidad y van abriendo la puerta ( cuidado…ya se han forrado). Cavani, máximo goleador del club haría las valijas, y sumado al eterno interrogante que rodea a Neymar, se va desarmando el Titanic. Ya se va fugando Rabiot y hasta un co protagonista como Lo Celso ha preferido ser cabeza de ratón y quedarse en Betis y no regresar. (En otro momento hablaremos del papelón de Tuchel, su DT, y su video presionando en vestuarios a un árbitro para beneficiar a su equipo….)
No es mejor el balance en Manchester. Quizás el paraguas que significa Guardiola lo diferencie de su par en París, pero algo no huele bien. Los títulos locales no amortizan la inversión en el club y a fin de cuentas, Manuel Pellegrini, con menos de la mitad de presupuesto, ha ido más lejos en Europa que este Formula 1 que se ha vuelto a romper. Tres centímetros en la posición de Agüero privaron al City de llegar a semis y el balance dará rojo una vez más.
Hace muchos años, Rinus Michels, el mentor del multi futbol del Ajax explico el juego de manera magistral: “El fútbol es sabio y el balón aún más. Todo está allì, y en ningún otro lugar”. Tal vez sea hora de escuchar.
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