Son 35 años, algo así como un poco más de doce mil setecientos setenta y cinco días. El tiempo pasa pero también se queda quieto ahí, en esos momentos que sacuden el Mundo. En esos momentos, como en este caso, en el que millones de argentinos lloraron de felicidad, esa vez y las miles de las otras en las que lo volvieron a a ver.
No puedo decir dónde estaba porque el año, un mes y 28 días con los que a las 16.09 de ese 22 de junio de 1986 “caminaba” el mundo no me lo permite. Lo que si puedo contar es que ese gol y no otro el que nos dio al D10S futbolero al que todos adoramos y que hace poco lloramos.
Las fechas tienen la particularidad de marcarse a fuego para lo bueno y para lo malo. Siempre, en nuestro vicio de periodista deportivo, buscamos efemérides para contar la historia. Y vaya que está nos atraviesa, nos llega hondo.
Diego se ganó la eternidad, ya lo sabemos. Pero no el 25 de noviembre de 2020. Se la ganó desparramando ingleses aquel 22 de Junio, en cinco minutos… Entre su gol con la mano, al que aún hoy certificacamos como un acto de Justicia Divina y aquel otro que nos sigue dejando un nudo en la garganta y los ojos vidriosos con la fuerza del amor que solo un futbolero le puede profesar a Diego.
Hoy a las 16.09 Gritemos ese gol una vez más, cómo inequívocamente lo hacemos en nuestro interior cada vez que vemos una de sus repeticiones.Gritemoslo con la seguridad en otros 35 años aún se seguirá hablando de él, porque es eterno. Y por sobre todas las cosas, es nuestro, como el Diego, cómo fútbol y cómo esas lágrimas que aún seguimos desparramando.
*A Diego el más humano de todos los Dioses, el Capitán de nuestros días más felices.
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