De local le cuesta y de visitante mata. Los números son obvios. Pero tienen una explicación: afuera de su cancha, Independiente pudo abrir rápido los resultados y con espacios es un equipo letal; en su cancha, no tuvo la misma contundencia y con partidos cerrados le resulta imposible sacar la velocidad que lo caracteriza.
Sin dudas que es una de las revelaciones del año. Ariel Holan se la había jugado con una renovación casi total del plantel, y la elección le dio rédito: varios de los que ya no están habían cumplido un ciclo.
Erviti por ahora no encaja, sin embargo el equipo maneja otras variantes. Rigoni, Benítez y Barco tienen aceleración, gambeta y llegada. Independiente juega al ritmo de ellos.
Se acordó tarde como para pelear el torneo. Por lo pronto está a la expectativa de que la fecha de clásicos le abra un hueco en posiciones más altas de la tabla.
Ya se ganó la consideración de su gente; impaciente hasta hace poco, identificada y esperanzada después de estas nueve fechas.