La frase pertenece a Ricardo Centurión, cuando el sábado le preguntaron por el clásico del domingo. Pero tranquilamente podría ser la respuesta del cualquier integrante del Mundo Boca.
Todos son conscientes de lo que se juegan el domingo. Ganarle a River sería un envión anímico para lo que queda del campeonato.
Está claro que el rendimiento del equipo no es el mismo que en el final del 2016. Hay rendimientos bajos y una merma en el funcionamiento colectivo.
Y eso preocupa. Porque la distancia con el resto ya no es la misma. Muchos le atribuyen ese bajón no sólo a lo futbolístico, sino también a una cuestión mental, de personalidad, de carácter.
Es muy grande la presión que tiene este plantel para salir campeón. Y ahora es el momento de ver quien está preparado para soportarla. Ante Estudiantes empezó una seguidilla muy importante que puede marcar el camino de lo que resta por jugar.
Está claro que la derrota de ayer de Newell´s da un alivio y el punto conseguido ante el Pincha cotiza más de lo esperado.
El próximo rival es River. Que viene enchufado, en levantada. El clásico. Es el partido ideal, de más está decirlo, para que los jugadores de Boca demuestren lo que se juegan. Tienen que saber que estos partidos se juegan con el alma, con el corazón. Como dijo Centurión y marca la historia “hay que ganarlo como sea”
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