Lucas Alario tiene algo con las finales o con los partidos decisivos desde su llegada a River. Hay algo que lo hace aparecer cada vez que se juega por la historia. En apenas dos años, el pibe nacido en Tostado ya está ligado a la historia grande del Millonario.
Anoche fue autor de tres goles nada menos que en la final de la Copa Argentina y llevó a River a un nuevo título y pasaje a la Copa Libertadores 2017.
Es conmovedor lo de Alario: por entrega, por esfuerzo, por categoría, porque no baja los brazos, porque trabaja para el equipo. Y es emocionante porque sus gritos ya están insertados en el adn del hincha millonario.
Su debut en la red fue nada menos que en la semifinal de la Libertadores 2015 cuando River la pasaba mal en Asunción y el Pipa la tiró por arriba para asegurar la presencia del millo en una final tras 19 años.
Después, bajo una lluvia épica en el Monumental hizo enardecer las gargantas de todo un país cuando cabeceó un centro de Vangioni para abrir la cuenta frente a Tigres en la finalísima de Libertadores.
Marcó también en Japón, para que River jugase la final del Mundial de Clubes frente al Barcelona de Messi.
Y este año coronó convirtiendo en la final de Recopa en el Monumental frente a Independiente Santa Fe y anoche terminó de escribir su nombre en la historia grande de River.
Lucas Alario lleva 30 goles en 56 partidos con el millonario y fue el goleador de esta Copa Argentina con siete tantos en seis partidos. Impresionante.
El Pipa, Aladios, el que no falla.
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