Siempre lo decimos desde FPD, el fútbol (cómo la vida, permítame esa aclaración) tiene espacios en los que la razón no entra. Son situaciones y lugares en los que la lógica no responde a los (previamente) establecidos.
¿A cuántos les dura aún la tristeza de la final de 2014? A mí, sí. Y creo que a muchos les pasa lo mismo. Hace poco volví a ver, vaya a saber a cuento de qué, algunos mínutos de esa final. Vi al rubiecito cachetón de Gotze pararla de pecho, tras el centro de Schürrle, y definir de zurda a un palo. Y vi como lo festejaban. Y vi también cómo Messi, el Número 1 sin discusión, míraba la Copa cuando terminó el partido. Y volví a sentir eso, eso que sentí, ese dolorcito. Porque muy en el fondo siento que en el fútbol, las derrotas duelen más. Y que la victoria es efímera pero la derrota dura.
Ahora bien, después de eso llegaron dos finales más, Chile 15 y EEUU 16 y nada, che. Finales pérdidas de nuevo. Y a uno le dolía, pero ahí ya capaz que le dolía más por ese pibe (Messi, si, Messi) al que no se le dababan las cosas con la selección…
Y bueno, después de eso, la debacle, la ecatombe total (diría deportes en el recuerdo) una sucesión de un par de técnicos, el desastre de Rusia. Y la llegada fortuita de Scaloni. Todo muy Argento, diría alguno haciendose el vivo. Y si.
Entonces, llegó esta Copa, que siempre genera ilusión. Pero los rendimientos no fueron buenos y otra vez las dudas. Y otra vez más roscas. Y otra vez la gloria o Devoto, cómo solía decirse. Éxito o Fracaso. Y si era eso. No tenía porque sorprendernos. Las cosas como son: un DT inexperto, un plantel en pleno cambio, una vieja guardia que se está yendo. Y una nueva que no se encontraba. Pero esto es Argentina. Y así de la nada, y en el medio de los miedos contra Qatar (si, dije miedos contra Qatar), el partido se abre rápido por Lautaro. Y ya se siente más cómodo todo. Y al cierre el Kun hace una de las del Kun del City. Y entonces, uno dice “Ojo, mira si…”.
Y llegó Venezuela (un cuco que pasó de ser goleado a meternos 3 en Madrid) y la cosa parecía difícil. Pero otra vez Lautaro lo abre rápido y nos dan tranquilidad y encima mete un muy buen rendimiento. Y entonces, volves a decir “Ojo, mira si…”. Encima, esta noche el rival es Brasil, dueño de casa y con mejor rendimiento. Pero esto es Argentina (te repetis). “Y capaz se nos dan…” te tratas de convencer…
Y a todo esto, está el 10, el que más quiere ganar, y está para la albiceleste. Y entonces, decís, otra vez “Ojo, mira si”.
La cuestión es la siguiente: Hoy jugamos con Brasil, hoy jugamos una semifinal, de visitante, con todo el público en contra. Argentina va de Punto. Pero es Argentina. Y tiene a Messi, si, a Messi. Y entonces, quién nos dice que no se puede soñar. El fútbol es eso: Soñar y tener revancha “quién te dice…”
Permítanse soñar, total después vemos…
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